Vuelve el asunto de las iguanas. Las iguanas vuelven y contra atacan
Yo las había dado por muertas o desaparecidas. A la verdad hace tiempo no me doy un paseo por esos campos nuestros para merodear por los ventorrillos de camino. Pero lo que sí les aseguro que el martes pasado, en el estacionamiento de un centro comercial me encontré en medio del camino a dos pequeños monstruos - en verdad uno no tan pequeño-.
Para ser honesto, me asusté y de la misma forma en que me avancé y regresé en dirección al auto, uno de los primos de Rex parece que se asustó con mi presencia que tomó también la dirección contraria y se escondió entre la maleza urbana que no corta uno que le corresponde. El otro, muy campechano posó para mi cámara del Razor.
Casualmente hoy El Nuevo Día reseña las iguanas o gallinas de palo como una nueva delicia reptil. Muy buena recomendación para los que gustan probar platos exóticos. Ya esto lo había anticipado en mi blog del 2006. Allí decía que lo que faltaba eran unos cursos de cocina sobre cómo prepararlas y comerlas. Eureka! Se dio. Tal vez así empezaron a probar con los careyes hasta llevarlos a la desaparición. Nada. Las iguanas parecen ser hijas del diablo y nadie las quiere. Buen provecho, que si su sabor sabe a pollo, pues continúo con el pollo.
Sin embargo me parece prudente no fomentar su consumo. De pronto pueden surgir criadores clandestinos y las consecuencias pueden ser peores tanto para la salud pública como para nuestros recursos de flora, fauna y ambiente, recursos tanto silvestres como desarrollables. No sea que nuestra maltratada industria avícola se vea afectada por la gallinita de cuatro patas.
No es que ahora le tiro a la iguana. Es que hay unos consejos, caramba, que meten miedo. La ciencia se nos sale por los poros.
http://www.elnuevodia.com/diario/noticia/puertoricohoy/noticias/¿al_ajillo,_fritas_o_en_fricase?/385599