El blog de Enén

Este es un blog ameno, de ciencia y conciencia. Aplico la ciencia al arte de vivir.©

4.6.09

>


Los duendes del campo©
de Francisco Feliciano Sánchez



Mía, Mía, Mía

Era mía,
sólamente mía.

Pero él se la llevó
en una gotita de agua.

Era mía.
Inmensamente mía.

Pero él se la llevó
como llevándose mi alma.
La apretó contra su pecho.
La olió hasta hacerla temblar
y casi se rompe en el suelo .

La estrella que lleva el duende
en una gotita de agua
es mía.




Más celoso que Baldomero

Baldomero,
Baldomero,
tráeme agua
en el tigüero
donde se cayó
la luna de enero.

Quiero beber agua
aroma de flores,
y sentir amor
de luna
en el tigüero.

No te pongas celoso,
Baldomero.
Antes de beberte el agua,
Yo la vi primero.











La gota de rocío

Una gota de rocío
cayó sobre una hoja.
El sol le ofreció la luz
para que fuera diamante,
pero ella dijo que no.
Y siguió siendo rocío.








Duendes pequeños

A veces los duendes
se hacen tan y tan pequeños
que pueden estar todos juntos
en el punto final
de esta oración.





Adivinanza y tradición

Dándo una vuelta
y parándome aquí.

Desde pequeñito
ando buscando un clavel,

Para dártelo a ti, mujer,
lunita de los ojos claros.

Eso sí,
que soy un paisano
que no duermo de noche
y amanezco temprano
y lo más seguro
no nos encontremos.

Desde pequeñito que soy
doy mil vueltas
sin usar los pies
y nunca di un tropezón
sobre la maceta ni el pilón.

Eso sí,
que soy un paisano
que no vive por aquí.

Doy una vuelta
y me paso en Berlín.
Dando la otra y soy de Pekín.
Dando la otra y regreso hasta ti.










Los duendes buscan su espacio

Volvieron los duendes
muy llenos de misterio.

El negro de la noche
soltó su música,
y las ranas se despepitaron croando
porque la gloria del bosque estaba de vuelta.

Regresó la magia
a bañar las piedras
de luna
y sacarle sonido
al toque del agua.

Un duende en coquí
montaba una candelita
y juntos velaban el espacio
llenándolo de aromas y de canción.

Pero no todo es ensueño
en tierras del trópico.

La invasión atemorizaba
los corazones mustios
que por olvidar el campo
quedaron como raíces,
y unos pocos se perdieron
rumbo al horizonte.

Así de olvidados estaban los humanos
del limo de las piedras y de la fantasía.

¿Será acaso
que sienten miedo al misterio?
¿Será acaso por miedo al reclamo
de los bosques hundidos
bajo las ciudades?

Estos sonidos oscuros
que no tienen fuente
pegan en el corazón.

Hay limo donde duele que haya.
La ciudad es un trastorno
y la soledad es un muro.

Los duendes martillan duro
y reclaman justicia.




El ojista

Si buscas un duende
y no lo ves,
puede que ya no te sirvan
los espejuelos.













Regresar






Continuar duendiando...






Miramelinda cultivada en mi patio, sembrada en un tiesto con helecho lechuga. Tiene 10 años y florece todo el tiempo. FFS



1