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Los duendes del campo© de Francisco Feliciano Sánchez | ||||||||||||||||||||||||||
Mía, Mía, Mía Era mía, sólamente mía. Pero él se la llevó en una gotita de agua. Era mía. Inmensamente mía. Pero él se la llevó como llevándose mi alma. La apretó contra su pecho. La olió hasta hacerla temblar y casi se rompe en el suelo . La estrella que lleva el duende en una gotita de agua es mía. | ||||||||||||||||||||||||||
Más celoso que Baldomero Baldomero, Baldomero, tráeme agua en el tigüero donde se cayó la luna de enero. Quiero beber agua aroma de flores, y sentir amor de luna en el tigüero. No te pongas celoso, Baldomero. Antes de beberte el agua, Yo la vi primero. | ||||||||||||||||||||||||||
La gota de rocío Una gota de rocío cayó sobre una hoja. El sol le ofreció la luz para que fuera diamante, pero ella dijo que no. Y siguió siendo rocío. | ||||||||||||||||||||||||||
Duendes pequeños A veces los duendes se hacen tan y tan pequeños que pueden estar todos juntos en el punto final de esta oración. | ||||||||||||||||||||||||||
Adivinanza y tradición Dándo una vuelta y parándome aquí. Desde pequeñito ando buscando un clavel, Para dártelo a ti, mujer, lunita de los ojos claros. Eso sí, que soy un paisano que no duermo de noche y amanezco temprano y lo más seguro no nos encontremos. Desde pequeñito que soy doy mil vueltas sin usar los pies y nunca di un tropezón sobre la maceta ni el pilón. Eso sí, que soy un paisano que no vive por aquí. Doy una vuelta y me paso en Berlín. Dando la otra y soy de Pekín. Dando la otra y regreso hasta ti. | ||||||||||||||||||||||||||
Los duendes buscan su espacio Volvieron los duendes muy llenos de misterio. El negro de la noche soltó su música, y las ranas se despepitaron croando porque la gloria del bosque estaba de vuelta. Regresó la magia a bañar las piedras de luna y sacarle sonido al toque del agua. Un duende en coquí montaba una candelita y juntos velaban el espacio llenándolo de aromas y de canción. Pero no todo es ensueño en tierras del trópico. La invasión atemorizaba los corazones mustios que por olvidar el campo quedaron como raíces, y unos pocos se perdieron rumbo al horizonte. Así de olvidados estaban los humanos del limo de las piedras y de la fantasía. ¿Será acaso que sienten miedo al misterio? ¿Será acaso por miedo al reclamo de los bosques hundidos bajo las ciudades? Estos sonidos oscuros que no tienen fuente pegan en el corazón. Hay limo donde duele que haya. La ciudad es un trastorno y la soledad es un muro. Los duendes martillan duro y reclaman justicia. | ||||||||||||||||||||||||||
El ojista Si buscas un duende y no lo ves, puede que ya no te sirvan los espejuelos. | ||||||||||||||||||||||||||
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Miramelinda cultivada en mi patio, sembrada en un tiesto con helecho lechuga. Tiene 10 años y florece todo el tiempo. FFS | ||||||||||||||||||||||||||
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